THE CHERRY WEDDING, CRÓNICA DE UNA BODA (1ª parte)

                 

En todas las bodas todos los protagonistas de ese día tienen la misma sensación al despertar el Día B.

Todos piensan: "Parecía que nunca iba a llegar este momento..." .

Pero el gran día siempre tiene fecha en el calendario y ese día fue para Diego y Patricia el 13 de Marzo del 2010.

Patricia y sus chicas (su madre, su suegra y su cuñada) comenzaban su jornada en la peluquería. A las 10 h ya estaban de vuelta en el Gran Hotel y empezaban a maquillarlas, cada una en su habitación, mientras el novio y Sergio, de Silver Moon, comenzaban con las fotos de los previos.

Y el staff de Cuentos de Hadas a golpe de varita iba dando forma a la decoración del salón, el panel de invitados, las mesas de los niños, los regalos para los invitados, los detalles en la Iglesia, etc, etc... dábamos forma a la deco de Boda de Cuento que iba a ser la Cherry Wedding...

  

En la Suite Presidencial Paula maquillaba a la novia, que estaba bastante tranquila y bromeaba, es una chica muy risueña y daba gusto verla tan feliz, cuando debería haber sido un manojo de nervios.

      

Al otro lado de la habitación, separados por una puerta, en la otra parte de la suite el novio se vestía con sus padres. Era ya la auténtica cuenta atrás.

Preparamos con Silver Moon algunas fotos de los detalles de la novia, colocamos el vestido, los anillos, los zapatos... mientras la novia ya estaba lista para enfundarse en su precioso vestido, que le esperaba colgado en la ventana, dispuesto a acompañarla en el día del "Sí, quiero".

Y llegó el momento. La madre de la novia, emocionada, casi no podía desabrochar los botones. Patricia pidió entonces que lo hiciese la wedding planner. Es muy difícil para una madre, hermana o amiga sobrellevar la emoción de vestir a la novia, ver como tu niña, tu hermana a la que has visto crecer, o tu amiga del alma está preparándose para ir al altar.

La madre de Diego, a la que Patricia había pedido que la acompañase también en esos momentos compartía esa emoción.

Ya vestida la novia, su hermana hizo la entrega del ramo y le dedicó unas palabras muy especiales y allí ya no pudieron contenerse las lágrimas. Y eso es lo bonito de ese día, las emociones en estado puro, la mezcla de sentimientos, de sensaciones que te desbordan y la naturalidad con la que se viven.

Corro siempre a buscar un kleenex para la novia antes de que las lágrimas resbalen y estropeen el maquillaje.

Y el gesto coqueto de todas las féminas cuando enjugan sus lágrimas y me preguntan: "Y el rimmel? Se me ha estropeado el maquillaje?".

Mientras, en el hall del hotel, las cámaras de Silver Moon guardaban las últimas instantáneas de Diego y su familia antes de iniciar su camino a la iglesia. Justo cuando el novio emprendía sus últimos pasos de soltero, dábamos el ok para que la novia bajase al hall para prepararse para dirigirse hacia el altar...

Sergio hacía las fotos de familia en el hotel antes de la ceremonia y Patricia seguía contenta, pero empezé a notar sus nervios... yo esperaba a que Eva, del staff de Cuentos, (que se encargaba de que los invitados tomasen asiento, tuviesen sus misales preparados y coordinase la entrada del novio) me dijese que el novio estaba entrando y que podía salir ya la novia del hotel.

Por un momento pensé que mi novia cereza, que no se soltaba ya del brazo de su padre ni un segundo, iba a echar a correr hacia la puerta de Sta. Engracia... no he visto nunca una niña con tantas ganas de llegar al altar!! 

Llegó la hora. Salimos a la calle el padre de la novia, la Cherry Bride, su fotógrafo y su wedding planner, que cumplía la petición de la novia de que "la cola del vestido no rozase el suelo, para que llegase perfecto al altar". Patricia miró hacia arriba y observó el cielo tan azul y limpio de esa mañana (el jueves por la tarde, tras acabar nuestra reunión para finalizar el timing, caían pequeños copos de nieve sobre nosotras! Estábamos asustadas con la gélida despedida del invierno, sufríamos por el tiempo que haría el sábado) y le dije: "Ves? El sol viene también a la boda de la Novia Cereza!".

Recuerdo esos momentos de camino a la iglesia con especial cariño, su padre orgulloso y emocionado, ella, radiante, más que felíz, y Cuentos de Hadas y Silver Moon siendo testigos de ese momento tan ansiado, cuando la novia llega a la iglesia...

Los pajecitos y las damitas, de blanco y azul, ideales, estaban listos para hacer el cortejo de la novia hasta el altar.

Dimos la señal para que el cuarteto de cuerda iniciase el Canon de Pachebel y a continuación dí paso a la entrada de la novia. 

Tras medio año trabajando en su boda, Patricia era ya una amiga. Por eso me emocioné cuando la ví andando por el pasillo hacia el "Sí, Quiero".

  

En la ceremonia, las lecturas se convirtieron especialmente emotivas, cuando la madre de Diego por sorpresa les leyó una petición con un nudo en la garganta y voz temblorosa pero llena de cariño hacia sus hijos.

...Las damitas cumplieron su importante cometido de entregar las arras y los anillos a la perfección. 

El Cuarteto Albéniz interpretó temas como el Largo de Xerxes de Haendel, la Cantata 147 de J.S.Bach y la Primavera de Vivaldi. Y con la Gavotta de Bach dieron salida a los novios, donde una lluvia de pétalos les esperaba. (Un secreto... mientras todos aguardaban en la puerta y ellos esperaban a que les avisásemos de que todos los invitados estaba ya colocados esperándoles a la salida, ví como se miraban entre sonrisas y se besaban con complicidad, solos, disfrutando de su momento... ya eran marido y mujer, y estaban realmente felices!)

           

Tras la lluvía de pétalos y sin darles casi tiempo a reaccionar, cogí a Patricia de la mano y los metí en el coche que les esperaba en la puerta, tenían que ir a hacer las fotos del reportaje y querían llegar a tiempo para disfrutar del cocktail, así que no había tiempo que perder. Fue como en esas pelis norteamericanas en las que los novios salen corriendo entre en el confetti y los pétalos mientras los invitados gritan "Vivan los Novios" y rápidamente se montan en un coche que tiene siempre un cartel de "Just Married", y se suben en el coche sin despedidas, como si su avión estuviese a punto de despegar... fue algo parecido, un tanto rápido y divertido, no podíamos perder tiempo si querían llegar a tiempo para el cocktail.

Y desde la llegada al hotel de los invitados, os lo contamos e ilustramos en el siguiente post... TO BE CONTINUED...

NOTA: Todas las fotografías son propiedad de Silver Moon o Cuentos de Hadas Wedding Planners, queda prohibida su utilización o copia sin el consentimiento de los propietarios.