Lunes 26, 17:30 h. Recibo una llamada preguntándome si estoy en esos momentos en la oficina, porque tienen que entregarme "algo". Respondo que no, pero que voy de camino. Pregunto de qué se trata. "Lo siento, no se lo puedo decir". Bueno, entiendo que será una sorpresa. Un tanto intrigada me encamino a la oficina. "¿Qué será?" Pienso en mi marido... pero descarto la idea rápidamente ( 0.0 ), es un cielo, pero andamos muy liados para sorpresas en estos días... Y entonces pienso en ellos, sí, seguro que son ellos...
En un cuarto de hora aparece el repartidor de una floristería con una cesta enorme de flores y fruta, pesa tanto que apenas puedo con ella cuando me la entrega. Tan emocionada estoy que no me percato de que hay una figurita entre las flores, es un Hada!! Y me entregan una tarjetita que me apresuro a abrir en la que leo:
Busco en el móvil su número y marco... pero ya vuelan hacia Pekín, su operador me indica que su teléfono está desconectado... me quedo con las ganas de darles un abrazo y un besazo, lo reservo para su vuelta.
¿Qué se siente cuando recibes algo así de unos novios? Mucha felicidad. La sensación de haber hecho un buen trabajo y la satisfacción de haber contribuido a que un día feliz lo sea aún más.
Las flores, que me encantan, me recuerdan sin poder remediarlo a vosotras, a las novias; sois delicadas, bellas, especiales y todas diferentes, como ellas, como las flores. Y tan agradecidas como las flores también. Si se os trata con mimo y dulzura, si se os entiende, si se os cuida, nos lo agradecéis igual que una flor cuando abre sus pétalos y nos da lo mejor de ella.
Sara confió en mí para encargarme aspectos muy importantes de su boda, me abrió su corazoncito y compartió conmigo parte de su vida. Una boda es mucho más que un evento efímero, una boda marca nuestra vida, es parte de nuestra vida, y su recuerdo es imborrable. De nosotros depende en gran parte que ese recuerdo sea único y perfecto. Que una wedding planner se convierta en la cómplice de una novia es algo difícil, pero a nosotros nos sucede. Dejamos de tener clientas para tener amigas. Somos auténticos privilegiados y os damos las gracias por toda esta confianza. Sentís el esfuerzo y el sentimiento que ponemos en cada boda y todo ese esfuerzo nos es recompensado por lo mucho que valoráis nuestro trabajo y por toda vuestra gratitud.
Ha valido la pena todo, todas las horas invertidas, el strés, los nervios, los complicados imprevistos... vivir así en el backstage y no dejar que eso se vea en escena merece la pena.
Hace tiempo que nuestras novias se refieren a nosotras como sus "hadas madrinas", las "haditas de cuentos", etc... Y aunque aún no convertimos calabazas en carrozas ni ratones en caballos percherones, sí que resolvemos problemas, damos solución a cosas que os angustian, conseguimos "eso" que soñabais para vuestra decoración o vuestro banquete y materializamos eso otro que queréis pero que no sabéis cómo darle forma...
Sea como fuere, hadas o planners, nos encanta formar parte de vuestro Cuento de Hadas, y ahora que no nos escucha nadie... Sí! La varita funciona! Pídele un deseo... Sólo tienes que creer que las Hadas existen...
Sara, Albert... un millón de gracias. Un beso enorme para los dos, sois fantásticos ;)
Felíz luna de miel, feliz vida de miel...
3 comentarios:
Que preciosidad de flores! Esto es una muestra de que indudablemente sois mucho mas que wedding planners
;-)
Te lo mereces.
Un beso
Ohhh qué bonito!!! Por Dios que ya empiezo a estar sensiblona!!!!
Enhorabuena a Albert y a Sara y enhorabuena a vosotros también por hacer felices a tanta gente!!!
Jooooooo. Son preciosas. Que detalle mas bonito. Me emociono y pienso que a mi también me gustaría sentir algo asi. Bueno cuando vaya llegando mi momento a lo mejor hasta podeis ayudarme.
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