THE BEACH WEDDING, CRONICA DE UN SUEÑO HECHO REALIDAD...

Hoy quiero contaros una historia de esas que se fijan en tu retina y permanecen en el tiempo. Una historia de amor, de sueños, de olas del mar, de arena y besos. La historia de un “Si, quiero” soñado y perseguido, la historia de una ilusión alimentada durante noches de estrellas…

Empezaré por el final, por el momento en el que al despedirnos de Maku y Miguel, ella me abrazó y entre lagrimas emocionadas me dijo: “Has hecho realidad la boda de mis sueños…”.

Nos abrazamos con fuerza, en un abrazo de esos que sientes de veras, de los que no quieres que terminen, transmitiéndonos sin palabras todo el cariño que sentimos la una por la otra. 

Emocionada, le agradecí e intenté explicarle lo importante que eran esas palabras para  mí.

Lloré, lloramos las dos, en su carita preciosa vi lo feliz que era; Miguel, cerca nuestro lloraba también y sonreía… otro abrazo y el susurro de Miguel en mi oido “Gracias por la magia…”

Me siento aún terriblemente emocionada por la intensidad de las 36 horas que el equipo de Cuentos de Hadas ha vivido al lado de estos chicos y de su familia.

Escribo la crónica desde mi portátil de vuelta a nuestra ciudad, dejando atrás la playa, esa playa que ayer se llenó de amor, esa playa que anoche fue el escenario de una historia inolvidable que intentaré narraros, aunque es difícil describir todo lo que hemos sentido y vivido estos dos dias.

Viernes

Comienza el viaje. Dani y Miriam me acompañan en esta boda. El vehículo de Cuentos transporta el atrezzo del chill out para la ceremonia y nuestras maletas. La preocupación por las lluvias para ese fin de semana era compañera de viaje. Teníamos mariposas en la tripa como los niños cuando están emocionados porque algo importante les espera. Un mensaje de la novia por la mañana para contarme nerviosa que ya iban rumbo a la playa, que no quedaba nada para la boda.

Y así era, había llegado el dia.

Cuando Maku y Miguel decidieron contar con nosotros para hacer su boda era invierno, hacía frio, y hablar de la boda en la playa parecía algo lejano. Eché la vista atrás y pensé cuánto tiempo había pasado desde entonces, y ví en flashback todas las anécdotas que hemos vivido durante estos meses de preparativos.

Y todos esos meses me parece que han pasado como un suspiro, y casi ni me creo que vaya a pasar. Que vayan a acabar los preparativos, los bocetos, las tormentas de ideas, las noches trabajando en el diseño de la boda y las mañanas de mails, llamadas, idas y venidas… y todos esos momentos de confidencias, de secretos guardados en la caja de la mariposas… momentos que hemos compartido también con sus padres, con su encantadora familia.

A nuestra izquierda vemos ya el mar. Bajamos la ventanilla para sentir ese inconfundible olor. Con la primera bocanada de brisa nos llenamos de energía positiva. Compartimos con Maku y Miguel esa pasión por la playa. Llegamos al hotel, un sol radiante inunda todo, estamos contentos, deseosos de empezar. Los chicos salen a recibirnos. Estaban exultantemente felices. Esa mañana ya se había prendido la mecha de la cuenta atrás para la boda. Llegaban ya los primeros invitados, descargábamos todo el material para crear el escenario de cuento para su ceremonia, el hotel se llenaba de vida y en sus mejillas se colgaba una sonrisa.

Esa misma noche ultimábamos parte de la decoración. Y nos dormíamos con la ilusión de tener en nuestras manos la varita con la que haríamos en unas horas realidad un sueño.

Sábado

El mismo sol de ayer se rie del pronóstico de lluvias para el fin de semana. Doy gracias por ello. Maku estaba realmente preocupada por lo que pasaría si llovía. Un desayuno continental para coger fuerzas y comenzábamos con la deco del salón. Es curioso preparar la deco de un banquete en un hotel de playa. Mientras todo el mundo pasea con su bañador y la toalla, mientras en la piscina todos disfrutan del comienzo del verano, nosotros éramos ajenos a todo eso, trabajábamos entre bambalinas, guardando el secreto de lo que iba a ser otra boda de cuento… los novios nos piden que sea una sorpresa, no quieren ver nada hasta la entrada al banquete. Todo está listo en el salón...

Y en la mesa presidencial un pequeño rinconcito de mar. Algunos de los detalles de la decoración de esta mesa pertenecen a los novios. Aman el mar, y su casa está llena de detalles que hacen referencia a la playa. Así que le pedí a Maku que me "prestase" para su deco algunas cosas como el faro, la estrella, la caracola... hay un modo mejor de poner el sello de los novios en la deco de su boda?

Al mediodia todos los invitados estaban allí. Ya huele a boda...

Los novios empezaban a sentirse abrumados por la situación. Recibir a toda la familia, besos, abrazos, idas y venidas en recepción, saludos, y todo el mundo pendiente de ellos… Cuando Maku se marchó a la peluquería Miguel nos confesó que quería estar un rato a solas, entonces lo vi casi como un niño, superado por la emoción del momento, consciente de que el capítulo más importante de su vida estaba a punto de escribirse...

Y hasta aquí la primera parte de la Beach Wedding... en el siguiente capítulo os contaremos cómo convertimos la cala en un lugar de cuento y cómo fuimos testigos de una ceremonia llena de romanticismo y emoción...


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