THE BEACH WEDDING, CRONICA DE UN SUEÑO HECHO REALIDAD, 2ª PARTE

Sabado

El resto de los preparativos fueron excitantes. En todas las bodas hay un momento que es el pistoletazo de salida. Desde ese instante todo parece precipitarse. Los nervios a flor de piel y la sensación increible de que va a suceder, de que está a punto de pasar.

Todo sucedió de repente muy deprisa. La playa se vacía, desaparecen las hamacas, los niños correteando y el sol cae. El personal de mantenimiento nos coloca las sillas tal como les había indicado. Quería que envolviesen la zona de la ceremonia. Quería que los invitados arropasen a los novios. Que todos estuviesen "dentro" del marco de cuento que íbamos a crear.
La playa, esa playa que bullía hacía solo unas horas, es ahora un espacio lleno de paz, se respira casi solemnidad durante el montaje de la escenografía. Me siento extraña, inquieta, no estoy preparando una boda, siento que es mucho más...

Un arco de madera preside ya la cala, telas blancas ondean al viento, las velas dan un aspecto romántico al atardecer y el rumor de las olas llenan de paz el lugar.

Los invitados llegan poco a poco. Les recibimos dándoles la bienvenida. Se sorprenden al encontrarse dentro de lo que ya es un auténtico cuento de hadas.

El montaje y decoración de la ceremonia ha causado sensación entre los huéspedes del hotel, que se han acercado a la cala para ver qué va a suceder allí esa tarde. La belleza del lugar los atrapa, un buen puñado de extraños se invitan al acto, no importa, sé que para los chicos todos serán bienvenidos. Hay felicidad a raudales, podemos compartirla con todos.

Me avisan de que el novio está ya preparado para entrar en escena. Nervioso, cuando me acerco a él me pregunta que cómo está. Muy guapo. Radiante. Y lo vuelvo a ver como un niño, tierno, emocionado. Doy la señal al Dj para que suene la canción de Miguel. Con los primeros acordes sus ojos se empañan. Esperamos a empezar a caminar en el momento justo y le doy el ok para iniciar la marcha cuando su admirado David Summers comienza a cantar. Lo noto casi absorto, sé que en ese momento está él solo con sus pensamientos, con su emoción. Su abuelita lo acompaña orgullosa del brazo. Su nieto del alma. Cuando casi pisan ya la arena, le doy las últimas instrucciones de cómo hacer la entrada y le digo: "Disfruta de este momento, es tu sueño, Miguel."

Los invitados le reciben entre aplausos. Él es feliz. Inmensamente feliz. Es un niño adorable, que se merece lo mejor sólo por ser como es. Y hoy está haciendo realidad su sueño, va a casarse con el amor de su vida en el lugar que les hace felices.

La novia ya está lista. Voy hacia ella. Está realmente preciosa. Es una de las novias más guapas que he visto jamás. Su cara tiene hoy algo especial. Nerviosa, pero arropada por sus damas y la mirada orgullosa de su padre, que casi sin creérselo aún la va a llevar al altar. Lleva del brazo a su niña, que ya es una mujer, pero para el siempre será su niña. Y hoy se casa. Hoy se la entrega a un hombre que la adora, que la respeta y la cuida. Estoy segura que sabe que no podría haber nadie mejor para Maku.

Las damas nerviosas y emocionadas marcan el camino de la novia. Entran lentamente en la playa. Suenan de nuevo Hombres G. Maku pisa la arena de la playa en el momento exacto que habíamos planificado. Los invitados boquiabiertos reciben a Maku con aplausos. Gritan “Guapa!!” y al final del pasillo de arena y velas Miguel enjuga sus lágrimas. Me gustaría tanto saber qué pasó por su cabeza al verla…

Y cuando Maku llega hasta él se funden en un abrazo y un beso. Demasiado tiempo separados. Demasiada emoción contenida.Un abrazo largo, lleno de sentimiento. Miguel llora desde hace unos minutos. Pero ella está allí, llenándolo todo, dándole la calma que necesita.

El hermano de la novia conduce la ceremonia. Pone el contrapunto a tanta emoción y bromea a menudo. Los invitados disfrutan, se sienten en casa, todo el mundo reacciona con naturalidad, no hay protocolos, no hay ataduras, todo el mundo se siente libre en esa playa… algunas de las invitadas dejan a un lado sus tacones y sus pies descansan descalzos en la arena. Estoy realmente tentada a hacerlo, me movería con más facilidad, pero me resisto.

Mientras la ceremonia se desarrolla hay momentos muy emotivos, los invitados lloran o están visiblemente emocionados, busco kleenex para los novios y para el maestro de ceremonias. Hicimos corto. Habría que haber hecho un pedido extra. Porque nadie allí contiene nada de lo que siente. Es maravilloso ver cómo la celebración de un matrimonio escapa a todo el protocolo o la parafernalia legal.
El amor y los sentimientos mandan, no hay leyes ni artículos que leer, sólo se habla de la amistad, de la gratitud, de la admiración hacia la familia, del amor, de la bondad de esas personas que hoy se unen, de los que ya no están allí pero sin embargo nos acompañan...

El maestro de ceremonias cuenta lo que siente por su hermanita y por su ya cuñado. Mucho más que amistad. Son cómplices. Son los tres, hermanos. Y hace un precioso homenaje a sus padres leyendo lo que significan para ellos, para Maku y Alberto son sus idolos, sus ejemplos a seguir. Alberto padre y MariCruz son dos padres modelo. Y desde hace tres años tienen un hijo más, Miguel. Siempre admiré la unión de esta familia. Su gran corazón les caracteriza. A todos.

Erik, el mejor amigo del novio lee emocionado unas palabras. Miguel y él se funden en un abrazo. Más aplausos.

Llega el momento de los votos, se los acerco a los chicos, y se levantan para leer las palabras que hoy quieren dedicarse, a ellos, a todos los que hoy les acompañan, y al mar y a su playa.

En un atardecer espectacular, de película, se colocan los anillos y se prometen con su mirada quererse para siempre, allí, frente al mar, lo han logrado. Se besan. Un beso intenso, eterno. Todo el mundo aplaude. Una nube de cámaras y flashes cerca de ellos, todos queremos tener una foto de ese momento. El atardecer comienza a teñirse de rosa, todos los allí presentes sentimos la fuerza de su amor y cuando de nuevo se funden en un beso y un abrazo largo e intenso su canción suena y ellos ya no escuchan nada, están de repente solos, en su playa, en su sueño, sólo ellos…
Nunca una pareja me había impresionado tanto. Su amor es limpio, cristalino, casi infantil e inocente, tiene la intensidad del comienzo, es como si sólo llevasen juntos 10 dias y estuviesen locamente enamorados... se miran y ves cómo se abstraen del resto, tienen la capacidad de poder evadirse del mundo cuando están juntos, nunca había visto esa admiración en una mirada, como la de Miguel cuando mira a Maku, nunca había visto desde fuera que alguien pudiese significar tanto para el otro... su amor es tan brutal que te llena a ti si estás cerca. Es amor en estado puro.

Y en esa playa ellos llenaban todo. El cielo y el mar eran pequeños. Sentí envidia sana. Muy sana. Quise ser ellos en ese instante. Quise poder ser de nuevo tan feliz como ellos viviendo de nuevo ese momento. Recordé mi boda y todo lo que sentí al unirme al hombre más maravilloso, para mí, de este mundo. Ese momento precioso de infinita felicidad, cuando te sientes más cerca del cielo que de la tierra que pisas... 

Cuando su abrazo terminó, los pétalos y el confetti les acompañaron en su camino por el pasillo de velas, ya como marido y mujer. Sonaba Allways Love, Maku y Miguel viven cada momento de su vida con una canción, en una interminable BSO... capto ese instante con mi cámara, la sonrisa de los dos habla por si sola. No puede haber nadie más feliz.

Se abrazan a los padres de Maku. La emoción se palpa. De repente Miguel me aborda en un abrazo enorme,  inesperado, y rompo a llorar. No puedo hablarle. No tengo palabras. Siento todo su cariño y gratitud en ese gesto y lo abrazo como a un amigo. Siento que he perdido un tanto la compostura, ya no soy la planner seria que suelo ser, me siento pequeña por mostrar mis sentimientos, pero no puedo evitarlo. Quiero a estos chicos. Me robaron hace mucho tiempo el corazón. A todo el equipo de Cuentos, nos han enamorado.

El atardecer cae lentamente, una luz rosa casi hipnótica hace más de cuento el escenario. Me siento feliz.
Veo con una sonrisa cómo los invitados usan el decorado de la ceremonia como improvisado photocall.
Es el efecto Wow de Cuentos de Hadas. En ese momento todo el mundo querría casarse allí.

Los chicos se hacen fotos en las rocas. Pero veo como Maku de lejos curiosea cómo transcurre el cocktail. Quiere venir allí. Quiere disfrutar de su familia y amigos.
Las fotos de familia y grupos se hacen entre los olivos. Brindan con cava y charlan. Toman el aperitivo. Mientras cae la noche nosotros vamos recogiendo el set. Coloqué tres flores en la zona de la ceremonia. Pienso que voy a acercarme a lanzarlas al mar, de forma simbólica, lo haré pensando en varias personas; en los abuelos de Maku, a los que ella quería tanto, por los chicos y su amor, que se selló en esa playa y por mi madre, porque sus cenizas un día se mezclaron con las olas del mediterráneo, donde descansa.

Al dejar detrás la orilla oigo mi nombre. "Wendy! Falta Wendy!" "Dónde está?". Me giro, son ellos, me llaman, Pienso que necesitarán algo. Pero no. Me dicen que nos hagamos los tres una foto. Al posar con ellos me dicen "Sin ti no habría sido posible...". Me emociono de nuevo. Y pienso que no sé cuándo voy a dejar de llorar en esta boda...

 Llega la hora de ir a encender la velas al salón, se acerca la hora de la cena. Pero eso, es otro cuento...

To Be Continued...

NOTA: TODAS LAS FOTOGRAFÍAS SON PROPIEDAD DE CUENTOS DE HADAS WEDDING PLANNERS, QUEDA PROHIBIDO SU USO O COPIA SIN AUTORIZACIÓN DE LA PROPIEDAD.