Lo que iba a ser una ducha relajante antes de ir a dormir se convierte en una ducha reparadora que me despeja totalmente. De repente el sueño me da plantón y me encuentro fresca y descansada sin rastro de la intensa noche recién acabada.
Miro a mi niña, descansa feliz, su carita de muñeca me pide un beso que le presto a su mejilla. Decido ir a ver qué se cuenta de nuevo mi buzón de correo mientras tomo un tazón de leche y cereales. Y al ir a buscar mi portátil, en el salón me encuentro un amanecer espectacular salpicando el cielo de nubes de algodón. Corro a buscar mi cámara y abro la ventana del mirador, quiero tener esas nubes para siempre en mi caja de recuerdos hechos fotos. Ese rincón de mi casa es uno de mis sitios preferidos de mi ciudad. Es mío. Es nuestro. Desde que llegamos a esta casa. Desde allí no puedo ver mucho más que el cielo, los tejados de los edificios cercanos al mío y un pedazo de la calle, pero la visión tranquila de San Nicolás y su patio cubierto de un trampantojo que casi es una escena real me llenan de paz. Siempre me ha encantado este rincón. Me hace sentir muy cerca el cielo. Y parece acercarme al alcance de la mano todos mis sueños.
Mi gata corre a acercarse a la ventana del mirador desde la que capturo las nubes de algodón. Siempre me acompaña por la casa, comparte mis tareas. Me espera mientras me ducho, me observa cuando cocino, se tumba a mi lado en la mesa mientras tecleo, me sigue hasta mi habitación cuando me marcho a ella cuando llega la hora de dormir.
Se coloca junto a mí en la ventana y husmea la brisa que entra por ella. Sus pupilas son solo una delgada linea, la luz de esta hora hace que sus ojos sean de un azul casi irreal. Sube su hocico mirando al cielo como buscando algo y sus largos bigotes me recuerdan a un radar. Las palomas cruzan de un tejado a otro, haciendo figuras en el aire, a solo unos metros de nosotras. Parecen celebrar este nuevo día.
No puedo dejar de hacer fotos. Pienso que podría quedarme ahí horas. En mi rincón. Con mi cámara, mi gata, las palomas de los tejados y las nubes. El sol va subiendo rapidamente y en pocos minutos la paleta cromática cambia. El cielo es azul, añil, rosa, blanco… y el viento va desplazando los algodones casi meciéndolos.
De repente me acuerdo de Eva. De sus sonrisas de esta noche. De sus lágrimas emocionadas. Del abrazo a su hermana. De sus palabras de cariño susurradas a mi oido. Hemos conseguido hacerla feliz en su última reunión de amigas antes de que se convierta en una novia caminando hacia el altar.
Por eso estoy aún despierta y veo hoy amanecer desde mi ventana. Por eso quiero contar esto. Por que alguien muy especial para mí hoy ha sido feliz gracias a nuestro pequeño esfuerzo para hacer de su fiesta un día inolvidable.
Sigue impactándome la idea de que 15 personas que no se conocen se unan por el solo vínculo de la amistad hacia una amiga común, y sean capaces de disfrutar juntas, de entenderse, de hacer historia en la memoria de esa amiga a la que todas quieren. Y este amanecer lleno de luz me hace pensar en que tras cada etapa que concluye nace otra que seguro será mejor. Como la de una novia que está a punto de convertirse en la esposa de la persona a la que ama.
Vivimos la vida deprisa, y ya casi no nos paramos a pensar en la maravilla que es que cada día nos regalen un amanecer, que cada día sea una oportunidad para vivir de nuevo, para aprender algo diferente, para sentir más.
Tengo todo lo que puedo desear para ser feliz. Tengo una familia fantástica, amigos estupendos, un trabajo maravilloso y un nuevo amanenecer cada día.
Hacía tiempo que no me paraba a recapacitar sobre lo afortunada y felíz que soy. Lo sé, como todos lo sabemos, pero a veces no reparamos en ello. Igual que no reparamos en pensar que todos los días con cada amanecer nos regalan una nueva aventura.
Así que quiero dar las gracias. Al que me regala un amanecer cada día. Al que me deja disfrutar de mi estancia en este viaje que es la vida. Y a todos los que compartís vagón, maleta y billete conmigo.
Por muchos más amaneceres llenos de nubes de algodón. Por las novias que una mañana se despiertan y ven un precioso vestido blanco esperándoles colgado en su ventana. Por la vida.
NOTA: TODAS LAS FOTOGRAFÍAS SON PROPIEDAD DE CUENTOS DE HADAS WEDDING PLANNERS, QUEDA PROHIBIDO SU USO O COPIA SIN AUTORIZACIÓN DE LA PROPIEDAD.
8 comentarios:
...y por tí wen¡¡ Porque formais parte del lado bonito de la vida,porque no hay nada más bonito que crear felicidad y vosotros la creais muy bien,que siga la magia¡¡ Me ha encantado tu amanecer.Un abrazo a los tres.
¡Qué precioso Wendy!Parece que se hayan subido al cielo los copos de los cereales que estabas tomando y allí el cielo los hubiera perlado de glasé....... ´Tu gata parece toda una señorona, parece decir "yo estoy por encima de todo y además agradecer que estoy aquí". Yo también pienso como tú que deberíamos pararnos a mirar amaneceres y atardecer y pararnos a mirar y a querer conscientemente a los que nos aman y nos rodean. (Perdón me puse cursi)Un abrazo Rosa.
Por vosotros también, mis chicos! Compartimos una forma similar de ver la vida, tu también eres un tipo que ve nubes de algodón en los amaneceres, aunque seguro que tus preferidos son los de la playa :)
Y que siga la magia! Nuestra varita es otra de las cosas que agradecemos tener, pero sobre todo agradezco tener la oportunidad de hacer bodas para personas tan especiales como vosotros. No sabes lo enamorada que estoy de vuestra/nuestra cala... guardo en mi corazón y en mi retina un montón de recuerdos de ese día.
Un beso enorme para los dos, guapos!
Rosa, jiji, mi gata es una señorona, efectivamente, ella seguro que está agradecida de la vida que vive, porque vive de lujo! Ya me cambiaba yo por ella en alguna ocasión!
Y no pasa nada por ponerse o sentirse cursi, es un estado que me encanta! Este blog es un libro lleno de hojas en blanco que vamos escribiendo entre todos los amigos de Cuentos, así que todo lo que salga de tu corazón es bienvenido aquí, gracias por escribirnos, guapa!
Es una reflexión preciosa!!! que deberiamos hacer mas a menudo...
Pararnos unos segundos dentro de la voragine que nos rodea en el dia y a día y disfrutar de cosas tan bellas y relajantes como las nubes, un atardecer, un paseo... muchas veces no samos conscientes de lo afortunados que somos...
Este post es una ventana abierta a una reflexión personal!!!un besazo
Jo, gracias una vez más Wen, que bonito y que razón tienes... y que poco valoramos lo que tenemos... hasta que lo perdemos...!!!
gracias por evitar que esto sea siempre asi.
Un abrazo enorme y que sepas que me alegro mucho de que seas tan feliz. Decir que te lo mereces parece una frase hecha pero así es.
Espero verte en Septiembre, o en Octubre! o cuando tengas una época más tranquila, o sea, que no haya tantas bodas! jeje
muchos besos guapi!
p.d. Bonitas fotos... ;P
Patricia, muchas gracias por tu comment, es cierto que no apreciamos lo afortunados que somos y el valor tan grande que tienen las pequeñas cosas, como ese paseo del que hablas... un beso, guapa!
Kika... no sabes lo que me acuerdo de tí, tenemos que ponernos al día de tantas cosas!
Esta es una de las cosas que me da pena de "vivir deprisa", no poder cuidar las relaciones personales tanto como me gustaría, así que lo pondremos como tarea pendiente de ahora en adelante.
Espero que vengas a vernos a la nueva ofi, que seguro que te encantará.
Un beso muy grande para tí también, precious!
Patricia, muchas gracias por tu comment, es cierto que no apreciamos lo afortunados que somos y el valor tan grande que tienen las pequeñas cosas, como ese paseo del que hablas... un beso, guapa!
Kika... no sabes lo que me acuerdo de tí, tenemos que ponernos al día de tantas cosas!
Esta es una de las cosas que me da pena de "vivir deprisa", no poder cuidar las relaciones personales tanto como me gustaría, así que lo pondremos como tarea pendiente de ahora en adelante.
Espero que vengas a vernos a la nueva ofi, que seguro que te encantará.
Un beso muy grande para tí también, precious!
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